
Hace mucho que te encontré. Y entonces supe que eras TU.
Pero a lo mejor en realidad no eras tú, únicamente coincidimos en momento, lugar y trayectoria. Y por eso me lié y creí que eras el único.
Porque ahora, aunque somos los mismos, ya no somos iguales. Y nuestro pulso emocional ya no coincide en el tiempo. Ya no eres tú. Y yo ya no soy yo. Soy yo con mi circunstancia.
Y porque además tú eres muchos al mismo tiempo. Ese único para mí ahora es otro. TU ahora eres sólo tú, el de enfrente, pero no TU.
Ese TU ahora ya es otro.
Y a ese otro TU, le he encontrado.