domingo, 25 de febrero de 2007

Como en casa

Me dispongo a desayunar, como tantas otras mañanas de domingo, en el bar de al lado. Todos tenemos un bar al lado. Me encanta desayunar en el bar y su olor a café, mmm...ese ritual dominical me pone de buen humor automáticamente en cuanto me levanto.

Veo con alborozo que están los habituales de siempre. Por eso son los de siempre, porque siempre están. Emilio (más sobre él en breve), el del ajedrez, la chica rubia que lee...que lee un libro, claro, no el Marca....Completa la estampa un vídeo de “Like a virgin” de Madonna pero en versión country, una especie de “Amo a Laura” que da al bar un no sé qué de América profunda, al fin y al cabo no tan diferente de la España profunda que subyace en el barrio.

Miro a mi alrededor y observo que Emilio se atiza un cubata, desafiando una vez más la corrosión faringea que sufrió hace años cuando se enchufó un pelotazo en un vaso contenedor de sosa cáustica (no sé qué hacía el veneno en el vaso pero él se lo bebió de un trago.....palabrita). La sosa cáustica le abrasó la laringe pero, a la vista está, la abrasión no le ha impedido PARA NADA seguir bebiendo de lo lindo. Porque realmente lo suyo es empinar el codo.

Me termino el café con la satisfacción que me provoca el comprobar que todo sigue igual. Que aunque pasen cosas, nunca pasa nada. Será una bobada pero el volver a ver a Emilio como siempre, me causa gran regocijo, me siento protegida, me alivia la continuidad de la vida, me siento en mi casa.

7 comentarios:

JAL dijo...

Esta mañana estaba pensando lo mismo! Eso es una mañana de domingo sí señor, charlar un ratito con el quiosquero, entrar al bar de enfrente, comentar un par de cosillas (dándole la razón en política y en fútbol), y sentarse a tomar un cafetito ojeando los periódicos.

casi yo dijo...

la tasca es el verdadero hogar del hombre civilizado.

Ahí nos veremos, amiga.

Caminante (El chico que camina) dijo...

Bares... que lugares tan gratos para conversar, no hay como el calor del amor en un bar.

La mirada del mono dorado dijo...

Sí, la verdad que hay lugares que te hacen sentir bien y que las cosas están en su sitio.

El Tipo de la Brocha dijo...

No sé muy bien por qué, pero inmediatamente me siento identificado con todas aquellas personas que obedecen a esta clase de rituales.

Un placer descubrir tu blog.

Marujita Robinson dijo...

Madre mía, pues el dueño del bar al que suelo ir casi se muere después de beber por error líquido lavavajillas pensando que era sidra (!)Si es que hay gente que se bebe hasta el agua del water (que la de los floreros hace rato que se la han acabado...)

Toni dijo...

Porque pasa eso con la sosa caustica en tantos bares? Yo creo que debe haber un complot para acabar de una forma u otra con todos los bares de españa.

Y si, la verdad es que no hay nada como un bar donde te sientas a tu gusto para mantener las conversaciones mas divertidas de tu vida :).